Es casi un acto reflejo el ponernos a correr cuando empieza a llover y no tenemos nada con lo que resguardarnos, pensando que con ello llegaremos menos mojados a nuestro destino. Este mito realmente tiene su parte de verdad y su parte de mito. Si dos personas pasan el mismo tiempo bajo la lluvia y una va a la carrera y otra a paso de hombre, el que va a la carrera llegará más húmedo que el otro. No obstante, para una distancia concreta, aquel que vaya corriendo pudiera compensar el menor tiempo expuesto a la lluvia sobre la velocidad y pudiera llegar menos húmedo.
Por tanto, a la pregunta de si es más conveniente correr que andar ante una lluvia inesperada la respuesta correcta será que depende de la distancia que recorra. Para distancias cortas pudiera compensar la carrera pero a partir de una determinada distancia será más conveniente ir a paso de hombre pues no sólo llegaremos menos mojados sino también más descansados a nuestro destino.
Una de las pruebas de que en Internet se puede encontrar de todo es esta calculadora donde podemos averiguar cuanto nos mojamos bajo la lluvia en función de nuestra velocidad, la distancia recorrida y nuestras dimensiones corporales. Con esta calculadora podríamos saber si compensa o no correr en función de la distancia a recorrer
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